¿Piensas construir un huerto ecológico?

Apoyamos tu idea porque son sostenibles, baratos y muy saludables.

El domo de este huerto ecológico está construido con botellas plásticas. Fue instalado en la Sede Principal de ISA, en Medellín.

Cultivar con nuestras propias manos los vegetales que nos alimenten es mucho más fácil y satisfactorio de lo que imaginamos. Una de las maneras más eficientes de hacerlo es con un huerto ecológico construido en casa.

Puede ser tan grande o tan pequeño como nuestros objetivos y las condiciones de espacio y luz natural lo determinen; lo importante es aprovechar de manera creativa los recursos y las tecnologías que tengamos a mano, para obtener alimentos sanos y nutritivos, cultivados por nosotros mismos.

El primer aspecto que debemos considerar es el espacio del que disponemos, que puede ser una terraza, un balcón o una ventana. Solo hace falta que reciba suficiente luz solar y que nos permita conformar un sistema ergonómico, donde las labores habituales de mantenimiento y cuidado resulten fáciles y cómodas.

El riego es una labor de especial importancia. Por lo tanto es necesario considerar la cantidad de días que estaremos fuera de casa y pensar en la posibilidad de instalar un sistema automatizado, si no contamos con un vecino o familiar cercano que asuma la tarea de regar nuestro huerto mientras regresamos.

Para su diseño debemos definir las plantas que vamos a cultivar –comestibles, aromáticas, medicinales– y establecer el orden en el que las vamos a sembrar, pues de esto depende la forma de nuestro huerto.

La elección de las plantas determina también el tipo de recipientes donde las vamos a sembrar. Obviamente, por tratarse de un huerto ecológico y sostenible, son preferibles los objetos y materiales reciclados, como botellas plásticas y maderas de empaque.

De las plantas que hayamos elegido depende también el sustrato o la “tierra” que vamos a utilizar. Para tomar esta decisión es recomendable buscar asesoría de una persona experta, preferiblemente en el mismo lugar donde compremos las semillas o plántulas.

Con asesoría o sin ella, debemos tener en cuenta que el objetivo es conformar un sustrato –una “tierra”– donde la planta se pueda sujetar y obtener agua, oxígeno y nutrientes.

El más completo de todos los sustratos es el compost, pues contiene muchos nutrientes, retiene la humedad (agua) y permite la circulación del aire (oxígeno). Además, lo podemos producir con residuos orgánicos generados en nuestro hogar.

Sin embargo, resulta conveniente mezclarlo con otros componentes, como la turba, un carbón frágil y terroso que le ofrece excelente fijación a la planta; fibra de coco, que ayuda a que las raíces se mantengan hidratadas y oxigenadas; y algunas rocas trituradas, que facilitan el drenaje del agua, permiten la circulación del aire y aportan minerales que la planta aprovecha para su nutrición.

Un huerto en casa es muy fácil de construir y mantener; basta un poco de constancia, mezclada con algo de imaginación y optimismo, para recibir enormes satisfacciones, como la de consumir productos sanos, sabrosos y nutritivos, cultivados bajo nuestro control, y al mismo tiempo, sentir que nuestra casa cuenta con en ambiente natural y productivo.